Patrimonio Herido
Las ciudades uruguayas han sido testigos de la erosión de su legado arquitectónico. Edificios que una vez narraron la historia y cultura de nuestro pueblo hoy se encuentran en riesgo, heridos por el abandono, la negligencia y la falta de políticas de conservación.
Cada fachada deteriorada y cada estructura en peligro de demolición es un recordatorio de la fragilidad de nuestro patrimonio y la urgente necesidad de actuar para preservar lo que aún queda en pie.
Montevideo
Cordón
Casa Ing. Luis Andreoni
La Paz 1589 a 1593.
Primera casa de Luigi Andreoni, conocido también como Luis Andreoni (Vercelli, Italia, 7 de octubre de 1853 – Montevideo, 20 de mayo de 1936), ingeniero italiano de destacada actuación en Uruguay. La residencia data de 1888 y es Bien de Interés Departamental.
Fue un insigne representante del eclecticismo historicista; en un Montevideo que miraba a Europa como modelo a seguir, Andreoni enriqueció a la ciudad con el sello de la belle époque.
Andreoni era hijo de ingeniero y nieto de médico, integrando una familia de universitarios de buena situación económica y social. Su padre había sido el constructor de diversas líneas férreas y túneles. Cursó estudios en la Escuela Real de Aplicación de ingenieros de Turín, y en la similar de Nápoles, donde obtuvo en 1874 el título en esa profesión con las mejores calificaciones, a la temprana edad de 21 años, anticipando sus geniales cualidades técnicas.
El título de ingeniero por aquel entonces comprendía también la especialidad de la arquitectura. Hubo de realizar obras enla Isla de Elba – isla donde fuera deportado por primera vez Napoleón – como director de Minas de Hierro, pero por motivos que se desconocen su padre se negó a que aceptara el cargo. Esa oposición lo disgustó grandemente y, liberándose de la tutela paterna, decidió abandonar Italia, eligiendo para encarar su futuro un destino tan lejano como era Uruguay. “El salir de Italia fue el acto de rebelión final, pues mi padre, hombre de honor, hombre sin mácula, era conmigo exigente y autoritario. “Yo con tal de obtener mi libre albedrío me hubiera ido a Canadá o Calcuta lo mismo que al Uruguay” narraría años después el genial ingeniero.
Su intervención urbana en la capital nacional le dio una personalidad propia. Sus proyectos y concreciones fueron espléndidas y modelaron la imagen de la capital. Como arquitecto realizó numerosas y magníficas obras que hoy son verdaderas joyas urbanísticas, creadas a fines del siglo XIX y principios del XX. Todas pertenecen al estilo ecléctico historicista, caracterizado por la coexistencia en las obras de variados estilos arquitectónicos, primordialmente las formas renacentistas italianas, a las que podían agregarse motivos neogóticos, moriscos, y hasta chinescos. En reconocimiento de esa obra tan valiosa, se designó con su nombre el Día del Patrimonio de 1999, rindiéndose grandes homenajes ensalzando sus creaciones.
Por ejemplo, el Palacio Buxareo, (en Avenida Uruguay y Andes, actual sede de la Embajada de Francia); la residencia Vaeza Ocampo, en la Plaza Matriz, (hoy asiento dela Casa del Partido Nacional); el Club Uruguay, también en esa Plaza, a la que aporta su magnificencia; el Hospital Italiano Umberto I, (más conocida como Hospital Italiano), quizás su obra magna, sito en Bvar. Artigas entre 8 de Octubre y Jorge Canning; la abandonada Estación Central del Ferrocarril ubicada en las calles La Paz, Río Negro y Paraguay; la iglesia de Florida, (actualmente Catedral y sede de obispado); el teatro Stella d’Italia, situado en la zona de Cordón; la estación de tranvías Paso Molino–Cerro, que se construyó en Avda. Agraciada y General Luna; la Scuola Italiana, en Avda. Uruguay esq. Magallanes, (convertida luego en la actual sede de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación); el Banco Inglés, sito en 25 de mayo y Zabala, (actual asiento de la institución financiera BBVA); el Banco Italiano, en Cerrito entre Misiones y Treinta y Tres; la Curia Eclesiástica, ubicada en la calle Treinta y Tres entre Sarandí y Rincón; su primera casa habitación erigida en calle La Paz, entre Minas y Magallanes; la segunda residencia sita en Bvar. Artigas casi 18 de Julio, hoy demolida, igual que la casa construida para el Dr. Tomás Perdomo, en Bvar. Artigas y 8 de Octubre, así como varias residencias particulares edificadas en la Ciudad Vieja, especialmente en las calles 25 de Mayo y Sarandí, también fueron demolidas.
Como se ve este es parte del impresionante catálogo de obras de un genial ingeniero-arquitecto, verdadero orgullo nacional
De acuerdo al Decreto N° 21/005, el bien inmueble fue expropiado.
Edificio Pollio
Av. 18 de Julio 1650 esquina Minas.
Construido en 1914 por el Arq. Leopoldo Tosi, propiedad del Sr. Pedro Pollio.
La torre esquina cilíndrica está resuelta con predomino de los vanos sobre el muro logrando un aspecto de gran ligereza que contrasta con las fachadas sobre ambas calles donde predomina el muro lleno, con escasa decoración.
Es una obra más cercana al modernismo, sobre todo por el tratamiento del piso superior: el remate de la torre en forma de mirador con columnas y cúpulas es una solución que posteriormente adoptará Jones Brown en el edificio Rex (Domingo, W,; 1990: 15), aunque cabe consignar que en algunos casos también fue utilizada por arquitectos historicistas.
Desaparece la mansarda y el piso superior se separa de los inferiores por una cornisa muy saliente, piso en el cual los ventanales son dominantes y con utilización de columnas. En estas obras de Tosi, situadas en el centro de la ciudad y siguiendo una norma de construcciones de la época, no se utiliza color ni por el uso de ciertos materiales ni por la decoración estableciendo una diferencia con la obra de Jones Brown, en la cual los techos de tejas de colores (Instituto Alfredo Vázquez Acevedo) hasta hoy son puntos de destaque de la ciudad.
Bien de Interés Departamental. Decreto Nº 30422 / 03.
Edificio de la exfábrica de café El Chaná
Colonia 2073.
El edificio de la exfábrica de Café El Chaná fue proyectado por el Arq. Antonino Vázquez, el mismo arquitecto proyectista del recuperado Mercado Agrícola de Montevideo.
Este importante establecimiento fundado en el año 1899 tenía un centenar de empleados, produjo más de 70 toneladas de café por mes, entre 1930 y 1950, un record inigualado por su volumen y permanencia, sustentado por un slogan poderoso: “Molemos en el día, vendemos en el día”. Pero su éxito no se limitaba al negocio.
Su edificación responde a los adelantos modernos de confort e higiene y está dotado de maquinaria tan perfecta en su ramo, que lo colocan entre los establecimientos modelos de América y único en el Uruguay. En las diversas dependencias de esta casa tienen empleo no menos de setenta personas de ambos sexos; la capacidad productora de «El Chaná» puede exceder el consumo total de la población del Uruguay; y la elaboración actual ha alcanzado a más de la tercera parte del café importado. Los cafés que elabora El Chaná, son clases seleccionadas y los Tés, calidades superiores. Este ramo del Té lo tratan los propietarios de esta casa con verdadero éxito. Ambos productos son importados de los principales mercados de América, África y Asia.
Para más información sobre la historia de El Chaná, te invitamos a leer El Carro del Chaná y una crónica del patrimonio industrial uruguayo del café.
Escuela N°2 “José Pedro Varela”
Guayabos 1741 esquina Gaboto.
Bien de Interés Departamental.
Gran Fábrica de Calzados de Francisco Franceschini
Colonia 1683.
El señor Franceschini era un distinguido industrial establecido en esta ciudad desde el año de 1896.
La capacidad productiva de esta fábrica en épocas normales y con el personal completo era alrededor de 400 pares de botines diarios.
Empleaba, en la fabricación de calzados, materiales adquiridos en el país, excelentes, como lo prueba el hecho de que las tres cuartas partes de la producción se expide al extranjero donde había tenido una aceptación muy halagüeña. Algunos artículos complementarios de la fabricación, se importaban expresamente.
La fábrica ocupaba más de ochenta personas, varones y mujeres, sin contar el personal superior de administración que está todo sujeto a la dirección central.
La casa había establecido, en la ciudad de Montevideo, cuatro sucursales, atendidas todas ellas por el personal práctico y competente y controladas por la casa matriz. Y aparte del abastecimiento de las cuatro sucursales, atendia el señor Franceschini el de otras zapaterías.
Los calzados de esta fábrica eran conocidos en todo el país por su confección esmerada y por la duración de sus materiales, y prueba de ello era la demanda creciente que tenían.
El personal estaba todo asegurado en el Banco de Seguros del Estado.
Texto extraído y adaptado de Montevideo Antiguo, que, a su vez, recoge de Revistas del Ministerio de Industrias. Año V. Número 22. Abril de 1916.