Carlos Vaz Ferreira 3610, ex calle Caiguá.
Fue construida en 1918 por la Empresa Constructora Alberto Reborati y ampliada por única vez en 1928 por la firma Bello y Reborati.
En medio de un jardín de aspecto selvático, se levanta la casa que construyeron en 1918 el filósofo Carlos Vaz Ferreira y su esposa Elvira Raimondi. El matrimonio Vaz Ferreira se instaló en el predio en 1900 alquilando la casa existente, luego adquirió y construyó la actual en 1918.
Creron un jardín de árboles librados a su evolución natural con mantenimiento mínimo que de hecho, cumple con los principios básicos de sustentabilidad: el propio jardín fabrica su suelo, no hay riego, no se utilizan fertilizantes, se produce la auto siembra de especies. La experiencia estética surge de la contemplación de los procesos espontáneos de las variaciones biológicas.
La vida familiar transcurrió en contacto con la naturaleza, en armonía con el entorno. El jardín fue el lugar central de la escolarización que Elvira, maestra y madre, le brindó a sus ocho hijos. Aplicó la idea de Vaz Ferreira de impartir la enseñanza en contacto con la naturaleza.
Fue vivienda familiar hasta 1997, en ella vivieron el resto de sus vidas y allí crecieron sus ocho hijos: Carlos, Alberto, Elvira, Sara, Matilde, Mario, Eduardo y Raúl.
En 1975 fue declarada Monumento Histórico Nacional en razón de su valor simbólico por haber sido la vivienda del mayor filósofo del Uruguay del siglo XX.
La casa conserva inalterado hasta el presente el diseño de sus ambientes principales realizado por el pintor Milo Beretta, basados en pautas estéticas sostenidas por Pedro Figari en los comienzos del siglo XX. Actualmente se le adjudica importancia para la historia del arte nacional, por ser el único ejemplo mantenido en el país hasta el presente de esta corriente de ideas.
Más información en Barrio Atahualpa y en Quinta Vaz Ferreira.